martes, 8 de diciembre de 2009
La formación actual del educador musical: Ejercicio docente en un mundo globalizado
miércoles, 11 de noviembre de 2009
Caminante no hay camino, se hace camino al andar
Nota: Benjamin Zander es un director de orquesta británico-americano. Es el director de la orquesta de la Filarmónica de Londres y miembro del Conservatorio de Nueva Inglaterra. En esta conferencia, Benjamen Zander ofrece agudos comentarios sobre el significado del liderazgo y la entrega, en una magnífica demostración de cómo la apreciación atenta puede dar al oyente toda la riqueza de la música clásica. Esta charla fue dada en Monterey, California en febrero del 2008, en la conferencia anual de Tecnología, Entretenimiento y Diseño (TED)
miércoles, 14 de octubre de 2009
Concierto didáctico en La Delfina

martes, 13 de octubre de 2009
Ricas recetas para compartir. Segunda parte
Ingredientes:
- Harina común, 1 kilo
- Sal, 1 cucharada colmada
- Grasa, 2 cucharadas colmadas
- Levadura, 50 gramos o 1 sobre de levadura instantánea.
- Agua, ½ litro
Este pan fue preparado con levadura instantánea. Colocar en una fuente honda el kilo de harina, hacer un hueco en el medio y agregar la sal, cubrirla con las dos cucharadas de grasa y la levadura colocarla alrededor del hueco cubriéndola con una cucharadita de azúcar. Mezclar evitando tocar la levadura.





lunes, 12 de octubre de 2009
¡A la flauta! un viaje con son
Relato de una experiencia
Una vez llegados al establecimiento somos recibidos por un profesor que nos anuncia se encarga de asesorar pedagógicamente, nos reparten un folleto que habla de las características del mismo. Recorremos y escuchamos las explicaciones del profesor, quién cuenta a los alumnos sobre las instalaciones de la escuela, una sala multimedial que es utilizada para diferentes actividades, contigua separada por armarios está la biblioteca del establecimiento, que según nos relata es asiduamente visitada por los alumnos donde pueden trabajar en grupos, investigar, estudiar y leer; contando con mucho material bibliográfico, que con el uso se va deteriorando y por lo tanto debe ser actualizado.
De allí nos dirigimos a la sala de computación, vemos máquinas que están equipadas con Internet, esta sala es compartida con la escuela primaria, que comparte además el edificio escolar, observamos una serie de fotografías de las actividades que realizan los alumnos en la escuela en actos escolares, que son muy emotivos, destaca el profesor porque participa también las familias, tomándolo como un espacio de encuentro entre estudiantes, profesores, padres y autoridades del colegio.
Luego presenciamos la muestra del área de Cs. Biológicas, Química, Matemática, y Cs Sociales donde una de las profesoras explica a nuestros alumnos aspectos referidos a la densidad, peso de sustancias, carteles con trabajos que ya nos había mencionado el profesor asesor, se están realizando proyectos en red con el Centro de Referencia “Dr. A.Carrillo” referidos a Educación Sexual y para la Salud, drogadicción y problemáticas de violencia. En esta sala observamos juegos de tangran, dominó con operaciones matemáticas confeccionados por los alumnos quienes invitan a participar a nuestros alumnos.
De allí nos dirigimos a un salón donde las áreas de Lenguajes Artísticos y Comunicacionales han organizado una muestra de murales, que según nos cuenta una de las profesoras es un trabajo donde los alumnos investigan un país latinoamericano, buscando en su idiosincrasia, los personajes destacados, las costumbres y la literatura, aspectos que una vez logrado plasman en un trabajo de un mural donde interviernen otros lenguajes artísticos como la plástica. Además de los murales presentan una muestra de títeres y teatrillos, comentándonos que en el turno de la tarde se realizará una obra de títeres, también observamos fotos donde han participado los alumnos y profesores en distintas actividades, entre ellas la invitación del canal Encuentro visitando un medio de comunicación en la ciudad de Bs. As. Como es canal 7, de la televisión pública.
Este espacio nos ofreció sin dudas, tanto a nivel institucional un intercambio y un paso en el proyecto de articulación que estamos comenzando en este año con actividades pautadas y otras que aprovecharemos como ésta. Y para los alumnos una experiencia inédita ya que el próximo año no estarán en la escuela y esto les brinda una posibilidad de conocer otros ámbitos de los que luego formarán parte en el sistema educativo, por lo menos eso es lo que esperamos desde la escuela Nº 195 que nuestros alumnos puedan pensar en un futuro que les brinde mejores expectativas y logros.
Para finalizar, destacamos el reencuentro con varios ex alumnos/as de la escuela que se acercaron a saludarnos ni bien nos vieron, la verdad una grata sorpresa y una alegría enorme sentir que estos adolescentes de hoy están estudiando pero además están contenidos por la institución, trabajando temáticas cercanas al alumno por lo tanto es el éxito que tienen en las propuestas.
sábado, 10 de octubre de 2009
Ricas recetas para compartir. Primera parte
Receta de torta casera con dulce de leche
Ingredientes para 4 tortas:
- Huevos, 3
- Leche, 1 taza grande
- Azúcar, 1 taza
- Vainilla, 1 cucharadita
- Cáscara rayada de limón, 1 cucharadita
- Harina común, 1 kilo
- Levadura, 50 grs o 1 sobre de levadura instantánea, 1 cucharadita de azúcar, 3 cuchardas de leche
- Grasa blanda, 2 cucharadas colmadas
- Dulce de leche, ½ kilo
- Manteca, 100 grs
- Harina, 2 tazas
- Azúcar, 1 taza grande
- Jugo de limón
En una fuente honda colocar los huevos, leche, azúcar, vainilla y rayadura de limón. Batir.
En una taza preparar el fermento con 1 cucharadita de azúcar y 3 cucharadas de leche. Dejar que leve.
Al batido anterior agregar el kilo de harina junto con las dos cucharadas de grasa. Mezclar.
Amasar formando un bollo. Luego cortar en cuatro porciones, amasar y dejar reposar.
Estirar el bollo del diámetro de la asadera con una botella enharinada o palote.
Tomar la masa estirada con la mano o palote y colocarla en una asadera enmantecada o engrasada.
Preparación de la cubierta:
En una fuente honda colocar la manteca junto con el azúcar, la harina y el limón. Mezclar con la palma de las manos hasta que tome consistencia arenosa gruesa.
Si tenés ayuda del profe de tecnología, le pedís que distribuya el dulce de leche sobre la base de la masa y luego agregás unas cucharadas de la preparación anterior. Dejar reposar para que la masa leve.
Mientras esperás la cocción de tus tortas, aprovechás a sacarte fotos con tus compañeros de grado.
Luego de 20 minutos en horno bien caliente, tenés como resultado estas sabrosas tortas dulces.
viernes, 9 de octubre de 2009
Y los duendes pasaron por La Delfina
La verdad es que no nos esperábamos semejante sorpresón. Fue una alegría muy grande compartir un cuento y una obra de teatro donde los chicos se compenetraron, defendían a un duende y se enojaban con otro. Claro que cada uno se identificaba más con alguno de los duendes que con los otros, algunos con el Rojo, el Amarillo o el Azul, que eran duendes muy trabajadores, otros en cambio prefirieron al Duende Verde porque era el más malo y mentiroso de todo el bosque. Risas, sorpresas, incertidumbre, aliento a los personajes... fueron sólo algunas de las muchas emociones que vivieron los chicos -y los no tan chicos- en nuestra escuela esta mañana.
miércoles, 7 de octubre de 2009
Abuelo, contame un cuento
La presentación de esta obra, auspiciada por la Fundación Bica y coordinada por Alfredo Manfroni y un grupo de docentes de la escuela, se realizará en el marco del Quinto Encuentro del Ciclo Cultural Artentarte.
Se trata de un rescate de relatos que los propios integrantes del grupo han vivenciado en su infancia, y ahora llevan a la teatralización. El trabajo se plasma a través de un proceso que incluye la memoria, la creación del texto, la técnica de improvisación y la composición de la escena teatral.
Tiene como propósito el rescate de cuentos clásicos y de la cultura oral tradicional, revalorizando el desarrollo de la imaginación en el niño a través del cuento.
sábado, 26 de septiembre de 2009
Paulo Freire
viernes, 18 de septiembre de 2009
Una obra en construcción
Una de ésas acciones es la de asistir a “encuentros”, “cursos”, “talleres”. Informaciones que van apareciendo sobre la mesita donde diariamente nos espera el “libro de firmas”, algún mate y el “buenos días” de los compañeros que van llegando a la escuela.
Cursos sobre “legislación, lengua,”; invitaciones para asistir a encuentros en legislatura, en museos, caminatas, muestras. Mirar, leer, agendar… Alguien que pregunta: “¿De qué es?”, “¿tiene puntaje?”, “¿Para cuándo?”, “¿es gratis?”… Otros que comentan: “ ¡Uy… es para un sábado!” “ No sé.. voy a ver…” …”es que llego a mi casa y quedo atrapada …” “si hay que pagar no puedo …"
En realidad no abundan o aparecen todos juntos y no demasiado apetecibles. En fin: “Es lo que hay” se escucha como un “neologismo” de esta nueva era.
Y andando un poco, nos decidimos por uno que nos llamó la atención y tiene que ver con nuestras inclinaciones y deseos y se da la posibilidad de día, de horario y ..AHÍ ESTÁ, a ÉSE vamos y de “A MUCHAS”.
Aquí estamos, a pesar de todo: del cansancio, los bajos sueldos, el tiempo que le quitamos a la familia, acompañadas de otras caras, otros cuerpos, ávidos de algo que ayude a mejorar la práctica. “Sentirán los mismo que yo…?” ,“Ojalá sea lindo”, “¡Uy, allá vinieron mis compañeras, espero que alguien haya traído mate!”..
Entonces, todos atentos, lapicera en mano, cuadernito para apuntes, ¡LARGAMOS!.
Estrategias. Estrategias. Lectura. Escritura. Nos persiguen como una sombra éstos conceptos. “¿Habremos avanzado en éstos tiempos?, ¿estaremos estancados o vamos retrocediendo? ¿Qué? ¡¿Qué?!...”
“Mirar nuestra propia práctica" esgrime como recomendando, la profesora.
Todos acordamos que la “Lectura es un proceso cognitivo complejo, personal y continuo”. Bien. Se hace necesario un Vademécum de lectura. “Me suena interesante, ¿Qué es esto?”: Requerimientos de la lectura: Una didáctica, unos contenidos específicos, un Modelo Didáctico. Punto medular este, ya que nos para, nos ubica en algún “lado”. En un lado con un determinado “Marco teórico” que nos obliga a fundamentar: “¿Qué es leer?” y nos pide una mirada hacia adentro para ver “nuestro andamiaje”.
Hago lista entonces: A ver… “Vigotsky: Zona de desarrollo potencial (ZDP); Piaget: desequilibrio de las estructuras; Ausubel: aprendizaje significativo. Bueno, bueno, creo que lo tengo!!”
Un respiro de alivio: las contestaciones se encuadran en lo que “sabemos todos, ¿no?”
El recorrido sigue y hablamos de secuenciar la tarea, de utilizar diversas técnicas para poner en juego las distintas actividades del pensamiento, de tomar como “contenido” la lectura en voz alta. Y de“oralizar el texto” .
Vuelta de tuerca para el desarrollo teórico: “Mirar nuestra propia práctica” repite la profesora, ya como acentuando una verdad que nos sobrevuela y que tal vez no nos animamos a compartir.
Seguimos: “¿Qué lugar ocupa la lectura en nuestra escuela?” interroga suave pero firme, como si nada pero aguda, la profesora. “Una hora semanal”, “lo tenemos incorporado al PEI: 15 minutos por día”, silencios… “Un lector se construye” agrega sagaz.
Las conclusiones después de compartir diversos trabajos grupales y rondas de mate, ya casi viene con diagnóstico conocido, aunque no sé si “reconocido”: “no olvidemos los propósitos de Frecuentación y exploración de los textos”; “tengamos en cuenta leer en cualquier lugar”; “leer textos que circulen socialmente”; “leer entre docentes”; “leer entre chicos”. Leer. Leerles, leernos. Seguro… “a leer se aprende leyendo… ¿no?...”
Terminó la hora. Anoté todo.
Camino rápido para llegar a casa y seguir con mis tareas. Mientras los pasos se dispersan hacia distintas direcciones, atravieso una hilera de conductores impacientes esperando leer: “¡verde! Volá!”. Un cartel malherido con letras rojas dice: “Peligro – Obra en construcción”.
Eso. Me voy masticando esa frase: “Obra en construcción”. El aprendizaje de la lectura y la escritura es un poco eso, una obra que siempre está en construcción. Pero tengo miedo de no detectar a tiempo cuáles son los peligros. ¿Y ustedes?
miércoles, 16 de septiembre de 2009
lunes, 31 de agosto de 2009
Un amor de leyenda
Por: María Rosa Lojo - La Nación Revista

Sus ropas de luto no se deben por cierto a la muerta reciente que transita sobre la calle despareja. Desde hace dieciocho años, viste de negro por un hombre que le pertenecía y que esa muerta próxima supo robarle con descaro. Ahora tiene el consuelo de ver pasar, como reza el proverbio árabe, el cadáver de su enemiga. Tampoco ésa, la extranjera, ha tenido derecho, ni legal ni celestial, a llamarse viuda. “¿Pero es que le habría importado eso a la manceba?”, se tortura Norberta. Las noticias del día siguiente la desalientan por completo.
La Delfina ha muerto a solas, anticipándose al tango, “sin confesión y sin Dios, crucificada a su pena, como abrazada a un rencor”. Nada debió de inquietarle la bendición de un fraile a la que se animaba a presentarse ante el Supremo de los Supremos tan arrogante y desnuda de toda protección como se había presentado una vez ante el Supremo Entrerriano. Si algo faltaba para cerrar el circulo de un melodrama ejemplar, la misma Norberta se encargaría de proveerlo años más tarde, cuando, por su expreso pedido, sería amortajada con el traje de bodas cosido en vano para su casamiento.
Pocas historias cumplen, en efecto, los requisitos de la pasión romántica con la perfección del ya legendario amor entre el caudillo Francisco Ramírez y su cautiva portuguesa, por todos conocida como La Delfina. Hay un héroe indiscutido (Ramírez) que, como deben hacerlo los amados de los dioses, muere joven; hay una mujer fatal (Delfina), tan bella como enigmática, que lo lleva involuntariamente a la muerte. No faltan dos personajes secundarios que completan el episodio: una víctima inocente de la gran pasión (Norberta, la novia abandonada) y un presunto traidor al héroe, por ambición y celos (el entonces coronel Lucio Norberto Mansilla). Se trata de un amor entre enemigos, y también entre un Príncipe y una Cenicienta. Un amor que ignora bandos y jerarquías, que rompe convenciones, que lleva su desafío hasta el último extremo.
El héroe. Ramírez era hijo de familia decente, de recursos. Su padre, Juan Gregorio, paraguayo, marino fluvial y propietario rural; su madre, Tadea Florentina Jordán, nativa de la provincia, dueña también de algunos campos. Leandro Ruiz Moreno sostiene que por la rama paterna se hallaba emparentado con el marqués de Salinas, y por la materna, con el virrey Vértiz y Salcedo. Más allá de estos encumbrados antecedentes, lo cierto es que Francisco Ramírez fue ante todo hijo sobresaliente de sus propios actos. Pasado ya el furioso fervor liberal y porteño contra los caudillos provincianos, que animó, entre otros, los textos de Vicente Fidel López, bien pueden verse hoy en esos actos también virtudes cívicas y civilizadoras no reconocidas antes, como ocurre con la ley de enseñanza primaria obligatoria, la fundación de escuelas, los avances en la institucionalización política de la Mesopotamia argentina.
Pero para la construcción del mito no son tales aportes, sin duda encomiables, los que cuentan. Desde su temprana actuación, a los veinticuatro años, como chasqui de la Independencia, en los albores de la Revolución de Mayo, lo que distingue a Ramírez entre otros es su clarividente valentía y la suerte prodigiosa que acompaña sus empresas. Sabe disciplinar a los propios, emboscar y sorprender a los ajenos. Es él quien arrea todo el ganado que encuentra al paso, y se acerca a Buenos Aires, envuelto en polvo, fragores y bramidos, desconcertante, temible, sin que se sepa cuántos hombres comanda realmente. Es él quien ordena el cruce del Paraná, de noche, y hace nadar a los soldados gauchos asidos a la cola de los caballos para tomar, al día siguiente, la ciudad de Coronda. El, también, quien vence siempre, aun con tropas diezmadas; quien confunde el sendero del enemigo, o lo apabulla con un coraje ostentoso, hasta la última y definitiva batalla, que será también su primera derrota.
Cuando conoce a Delfina aún es aliado del santafecino Estanislao López y de Gervasio Artigas, en contra del Brasil y de Buenos Aires. Después de• ganar en Cañada de Cepeda, en 1820, López y Ramírez entran en la ciudad del Puerto, pero no abusan de su triunfo. Su escolta es reducida y no se muestran proclives a la exhibición afrentosa ni a las indiscriminadas represalias (Ramírez acaba de perdonarle la vida a su primer jefe, el director supremo Rondeau, a quien descubre oculto en unos pajonales). Su único gesto de barbarie (o, simplemente, de afirmación victoriosa) es atar sus caballos a las rejas de la Pirámide de Mayo. Suscriben, con Buenos Aires, el Tratado del Pilar, a costa, para Ramírez, de un nuevo enemigo: Artigas, que le declara la guerra por no haber sido consultado a tal efecto.
Aunque el caudillo oriental sale perdedor en la contienda, pronto el entrerriano se encontrará completamente solo: en 1821, roto el Tratado del Pilar, López pacta con Buenos Aires, que ya tiene otros gobernantes. Podría decirse, sin embargo, que la soledad de Ramírez es la de la gloria, o la que le decreta la envidia de sus rivales. Por un abrumador plebiscito, Don Poncho es consagrado gobernador supremo de la República Entrerriana, que reúne las actuales Entre Ríos, Corrientes y Misiones. ¿Un reino propio, como aventura el poeta Enrique Molina? Sólo en algunas exterioridades fastuosas, porque El Supremo piensa en constituciones modernas, sin monarcas. Esto no le impide entrar en Corrientes con esplendor: bien vestidos (ha mandado hacer uniformes para todos sus hombres en Buenos Aires) él, los suyos y La Delfina, que gasta traje de oficial y chambergo con la misma pluma de avestruz que rubrica el escudo de la nueva república. En las galas de sociedad Delfina, no obstante, sabrá cambiar el chambergo por las flores y la peineta, y el sable por el abanico. Luego, en el campamento de La Bajada, donde habrá bailes, títeres, juegos de naipes, riña de gallos, carreras y hasta corridas de toros, dejará el abanico por la guitarra en la que —dicen— es diestra. Hacen bien en multiplicar expansiones y dispendios. Aún no lo saben, pero a su pasión pública le quedan pocas horas de fiesta.
La mujer fatal. La Delfina es un personaje definido mucho más por las incertidumbres que por las certezas. Ni siquiera se sabe si Delfina corresponde a un nombre o a un apellido (se la ha llamado también María Delfina). Su origen familiar, su posición social, han sido objeto de fluctuaciones similares: si unos la creen hija bastarda de un virrey brasileño, otros la suponen humilde recogida por una familia estanciera. Hay quien dice que marchó a la campaña contra Artigas siguiendo, fraternalmente, a un miembro de esa misma familia, mientras que otras voces menos corteses la toman por ramera, o la hacen amante de algún oficialito. Hasta su belleza (de consenso indudable) está signada por lo impreciso. Como ocurre con Francisco Ramírez, nadie sabe a ciencia cierta si fue rubia o morena, blanca o mestiza. Alguno (el poeta Molina) le atribuye voz de sirena criolla y destrezas musicales. No se sabe si alcanzó también el desahogo de expresarse en letra escrita. Criada en el campo, en Río Grande do Sul, acaso ni siquiera haya cursado la enseñanza primaria, la única que se les impartía incluso a los varones, aunque fuesen hijos de familias acomodadas, como el propio Ramírez.
Otro rasgo de La Delfina es indiscutible: era una mujer valiente de puertas afuera (porque también hubo muchas y anónimas guerreras domésticas que en las más duras adversidades sostuvieron, ellas solas, sus familias). Su valor era llamativo, exhibicionista. Amaba los uniformes vedados a su sexo y los lucía, según parece, con gallardía inolvidable. No eran sólo una forma elegante de travestismo, sino verdadera ropa de trabajo: acompañé a su Pancho como coronela del ejército federal en todas las batallas, aunque esa dulce compañía le significó a su amante la muerte. Delfina aparece en este sentido como contrafigura de otra guerrera: doña Victoria Romero de Peñaloza, más eficaz que ella en las lides militares, y que por salvar (con éxito) a su marido, el Chacho, recibió la herida en la frente inmortalizada por la copla popular.
¿Por qué, siendo su cautiva y virtual esclava, se enamoré de Ramírez, y por qué éste, dueño todopoderoso, la convirtió en reina sin corona? Mucho se ha escrito sobre el estado de cautiverio femenino: crónico y también fundacional en la especie humana, donde el sexo, con el extraordinario poder de gestar y reproducir (y por ello reducido a la subordinación y el control), fue siempre botín de las guerras y prenda de las alianzas. Susana Silvestre, en su biografía amorosa de la singular pareja, dedica páginas lúcidas a la historia de las cautivas rioplatenses, mediadoras, con su cuerpo, entre dos mundos. Podemos suponer que a ella no le fue difícil dejarse encantar por Ramírez, hombre joven, en el cenit de sus talentos y de su buena estrella, cuyo carácter “despejado y audaz, amplio y prestigioso”, con algo de artista”, es reconocido incluso por Vicente F. López. Las prendas personales del caudillo y la oportunidad de un fulgurante ascenso hacia el poder y la gloria, marchando y mandando a su lado como si fuera un hombre, debieron de mezclársele en una irresistible combinación afrodisíaca. Y Ramírez, ¿qué vio en Delfina?. Para que una modesta cuartelera presa lograra encadenar a un varón que podía disponer de todas las mujeres, y hacerle olvidar sus serios compromisos matrimoniales con la hermana de un amigo íntimo, debió de ser algo más que un cuerpo atractivo y una sensualidad bien dispuesta. Dulzura (la de la música, la de su lengua madre) habría, sin duda, en ella; no la pasividad o la excesiva facilidad, que matan el deseo. Cautiva, pero brava seductora; sin remilgos, aunque orgullosa en su indefensión, seguramente supo darse exigiendo, y ganó la batalla con Ramírez desde el primer encuentro, cuando el placer total, correspondido, borró la asimetría entre vencedor y vencida, y los dos fueron, uno del otro, prisioneros.
El traidor. En todo humano paraíso hay una serpiente, y ese papel parece tocarle aquí a don Lucio Norberto Mansilla Lucio Norberto Mansilla, futuro padre de Eduarda y de Lucio y., entonces un joven coronel porteño con mundana cultura y sólidos conocimientos técnicos que puso, durante un tiempo, al servicio de Ramírez. Horacio Salduna, biógrafo del Supremo Entrerriano, le achaca a Mansilla la responsabilidad mediata de su catastrófico final.
Los dos hombres habían entrado en contacto durante las hostilidades entre Artigas y Ramírez, después de 1820. Mansilla colabora con sus trescientos cívicos y queda sellada una amistad marcial que no será duradera. Cuando Buenos Aires y López se vuelven contra Ramírez, que prepara —nada menos— una gran campaña con el fin de recuperar el territorio paraguayo para la Argentina, Mansilla se echa atrás, argumentando que no desenvainará la espada contra su ciudad de nacimiento. Ramírez acepta esta disculpa plausible, aunque le solicita que al menos conduzca a la infantería desde Corrientes hasta Paraná. Mansilla acata, pero no cumple. Su defección priva a Ramírez de las fuerzas imprescindibles para enfrentar a López, a Bustos y a Lamadrid y lo precipita hacia la ruina.
Salduna considera premeditada la traición de Mansilla, que se habría comportado desde el comienzo como infiltrado porteño. Buenos Aires y Santa Fe lo ayudarán, luego de la muerte de Ramírez, a coronar ambiciones personales con el cargo de gobernador de Entre Ríos. A la codicia política se habría sumado otra de distinto orden:
Mansilla deseaba, también, los favores de La Delfina, como lo prueba la correspondencia intercambiada con el comandante Barrenechea, al que, ya desaparecido Ramírez, envía —inútilmente— como celestino.
El final: los testimonios próximos al hecho y la memoria popular sostuvieron siempre que Francisco Ramírez murió en el intento de salvar a Delfina de la partida enemiga que la había echado en tierra y comenzaba a desnudarla. Aunque hubo intentos de atribuir su muerte a otros motivos, se han desacreditado detalladamente estas pretensiones.
Después de que muriera, Ramírez fue decapitado y su cabeza, embalsamada, conoció en Santa Fe el escarnio público. Su amada logró volver a Arroyo de la China, donde lo sobrevivió por dieciocho años. Susana Poujol (La Delfina, una pasión) la imagina prisionera (al final, voluntaria) de la novia olvidada, Norberta Calvento, unidas ambas por el recuerdo y la soledad. Quizá no estuvo tan sola; después de todo (la carta de Barrenechea a Mansilla hace suponer que la cercaba, al menos, un cortejante), pero no se casó ni engendró hijos, y no intentó, tampoco, volver a su tierra natal.
Tal vez en toda esta historia de amor y muerte haya una insospechada ganadora encubierta: Norberta, cuyo deseo, por incumplido, nunca pudo gastarse. Como la Magdalena de El ilustre amor (Mujica Lainez), también, acaso, llegó a la tumba como un ídolo fascinador, envuelta en el vestido blanco de la única que pudo llamarse novia del Supremo Entrerriano.
La Delfina: (circa 1800-1839) probable hija del virrey portugués en Brasil. Acompañó constantemente y ejerció una gran influencia sobre el caudillo Francisco Ramírez.
Francisco Ramírez: (1786-1821) nació en la actual Concepción del Uruguay. Caudillo entrerriano, uno de los primeros líderes del federalismo. De familia prominente, se incorporó tempranamente (en 1810) a las luchas por la Independencia.
Fuente / Planeta Sedna
viernes, 28 de agosto de 2009
Ese no es mi problema
Ese no es mi problema, a mí no me corresponde, que se haga cargo el responsable, que alguien haga algo... y sigue la lista de frases que lo único que hacen es aumentar el no compromiso, el no asumo una responsabilidad, el no me meto, el que lo haga otro. Siempre encontramos la frase perfecta para responsabilizar a los demás y quedar libres de culpa.
La escuela no es ajena a esto, y es un lugar privilegiado para fomentar la solidaridad, el cooperativismo y la responsabilidad personal y social.
viernes, 19 de junio de 2009
Cine y Literatura en La Delfina
miércoles, 15 de abril de 2009
América Latina, la región más desigual del planeta

por Claudio Lozano
Este señalamiento remite al núcleo del problema: América Latina es el continente más desigual del planeta. Para decirlo sin rodeos, la desigualdad es la clave que organiza las sociedades latinoamericanas. Y es la vigencia de este padrón de desigualdad el que determina tanto reparto de los contactos entre los distintos sectores en los momentos de caída de la actividad económica (recesión), como la diferente diferencia participación de cada uno de los frutos del crecimiento.
Este patrón de desigualdad se explica por:
a) Elevada concentración de los medios de producción.
b) Reparto desigual de los ingresos en términos de la relación entre los precios y los ingresos populares.
c) Una intervención del estado que es regresiva (injusta) tanto al recaudar, como al regular y al gastar.
d) Apertura pasiva de las economías frente al escenario internacional.
e) Un funcionamiento de las instituciones que reproduce la desigualdad.
Es conveniente entender que al hablar de la desigualdad no hablamos de un aditamento del orden social, sino de su misma definición.
Organización social
En una sociedad desigual, el consumo se concentra los más ricos, éstos a su vez demandan producción importada y alientan consumos que dan lugar a burbujas especulativas como el desarrollo inmobiliario o la expansión automotriz. Por lo tanto, la desigualdad, al afectar el patrón de consumo, condiciona el perfil de producción y, lógicamente, define el destino de los recursos que se asignan a la inversión.
Por lo tanto, la desigualdad se expresa en todo. En igual sentido una sociedad más igualitaria supone ampliar el consumo popular, demanda ampliación de la oferta de bienes y servicios en dirección a dicho consumo (alimentos, vestimenta, salud, educación, etcétera), reduce la necesidad de importaciones, exige otra oferta de producción y plantea otro destino para las inversiones. Se confrontan, entonces, dos modos diferentes de organizar la sociedad.
Encarar los cambios que requiere la región reclama por lo tanto de políticas integrales en los distintos planos, capaces de promover la reforma agraria, de recuperar para manos públicas la explotación de los recursos naturales y los más importantes servicios públicos; exige una reforma impositiva que castigue el consumo superior y haga tributar a las grandes rentas y patrimonios; y requiere estrategias de universalidad en las políticas públicas que permitan garantizar un piso de derechos al conjunto de los hogares, incluyendo el acceso pleno al derecho a la salud y a la educación. También supone trabajar en función de una nueva estrategia productiva que, vía mayor densificación y modernización, permita mejores niveles de productividad e ingresos para nuestros países. La especialización vigente en recursos naturales (México y Centroamérica), en servicios y turismo (Cuba y Panamá), no permite resolver el problema.
Un contexto favorable
El nuevo contexto de la región, asignado por el avance de los pueblos cuestionando las variantes neoliberales de los años 90, y por el cambio en la situación internacional que a partir del 2002 implica una mejora sustantiva en los términos del intercambio (mejores precios para los productos básicos y menores precios para las maquinarias y los equipos de producción), podrán aprovecharse si se avanza en reformas institucionales que democratizar la vida política y la gestión pública, y que promuevan la integración regional en base a la complementariedad productiva que nuestra América Latina puede desarrollar. Tenemos alimentos, energía, biodiversidad, agua y recursos naturales. Tenemos incluso una importante potencialidad industrial. Desarrollo esto supone Estados que privilegian la resolución común de la lucha contra la desigualdad para expandir el consumo popular, que establezcan relaciones comunes con las organizaciones internacionales (por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional, FMI; el Banco Mundial; la Organización Mundial del Comercio, OMC) y con los sectores empresariales más concentrados tanto locales como extranjeros. En suma, estamos frente a una oportunidad. Se necesita decisión y construcción política.
La pobreza en el mundo*
- 980 millones de personas viven con menos de un dólar por día y casi la mitad de la población mundial (2800 millones) viven con menos de dos.
- Más de 800 millones de personas terminan cada día con hambre… 300 millones son niños y niñas.
- Cada año mueren 6 millones de niños y niñas antes de cumplir 5 años a causa de desnutrición. De los 1300 millones de personas que viven en la pobreza en el mundo, 70 por ciento es mujer.
- Una de cada cuatro personas adultas no puedan leer o escribir, dos tercios de las cuales son mujeres.Las mujeres trabajan dos tercios de las horas de trabajo en todo el mundo y producen la mitad de los alimentos, pero reciben solamente que el 10 por ciento de los ingresos y tan sólo son dueñas del 1 por ciento de la propiedad mundial.
- Más de 2600 millones de personas no tienen acceso a un saneamiento decente.
* Fuente: Organización de Naciones Unidas (ONU).
Fuente /Revista "Vida abundante" nov/dic 2007 - Año 112- N° 6