“… Desde los bombardeos de Londres en 1942, sabemos que las reacciones psicológicas de los niños dependen del estado de los adultos que los rodean…”
“… Esto explica que los guerrilleros libaneses que presentaron menos síndromes postraumáticos, pese a haber padecido en ocasiones pruebas terribles, fueran aquellos a los que se vitoreaba, cuidaba y adulaba cuando regresaban a casa. Y también explica, por el contrario, que los
“… En un medio sin leyes ni rituales, un niño que no fuera delincuente tendría una esperanza de vida muy breve. El hecho de poner su talento, su vitalidad y su desenvoltura al servicio de la delincuencia, prueba que está sano en un medio enfermo. Cuando la sociedad está loca, el niño sólo desarrolla una estima de sí mismo teniendo éxito en sus correrías y riéndose de las agresiones que inflige a los torpes adultos. Cuando el mundo se cae en pedazos y desaparece la familia, la aprobación paterna ya no sirve al niño como modelo de desarrollo y cede el sitio "a la aprobación de los iguales como elemento apto para la predicción de su propia estima". Ahora bien, los "primeros pasos de la estima de uno mismo se dan siempre bajo la mirada del otro". Cuando, por causa de un hundimiento social, las relaciones se reducen a la fuerza, el niño se siente seguro desde el momento en que ha conseguido robar o ridiculizar a un adulto. Ésta es su manera de adaptarse a una sociedad enloquecida, pero esto no es un factor de resiliencia, ya que no le permite ni comprender ni actuar: no tiene sentido, es sólo una victoria miserable en lo inmediato…”
1 comentarios:
Sumamente reflexivo pescetti. Una mirada que no había pensado, ni siquiera evaluado lo tan enferma y loca que está la sociedad. Lo que me lleva a preguntarme, cuánto de esa locura y enfermedad estará dentro mío. Contengámonos. Ayudémonos. Juntemos nuestras manos con las seguridades y las inseguridades.
Muy interesante el artículo.
Una seguidora. Roxana
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